Alcaldesa Carmen Medel quiere ser senadora, pese al cochinero político en que tiene a Minatitlán
Por Mussio Cárdenas Arellano
En Archivo Muerto
Si Calígula nombró cónsul a su caballo Incitatus, por qué Morena no habría de llevar al Congreso a la manada guinda
A Carmen Medel ahora sí se le botó. Quiere ser senadora.
No termina de recoger el cochinero político en Minatitlán, los estragos de una huelga de 10 meses, el daño al erario por los salarios caídos, su alineamiento con Sergio Gutiérrez Luna, con el que traicionó a Rocío Nahle, y se siente con ínfulas para llegar al Senado.
Hay chips de repuesto pero quizá no lo sabe. Hay chips que, por lo menos, le harían ver la realidad. El cuete es que quiere seguir con los circuitos fundidos.
Su desgobierno es un compendio de desatinos, un manual de lo que no se debe hacer, una guía de arbitrariedades, acciones locas y atropellos a la sociedad. Y la alcaldesa, le digan lo que le digan, quiere ser senadora por Morena.
Invoca su pasado reciente; sus días de diputada federal, que es todo lo que tiene; el etiquetado frontal en los productos para preservar la salud del pueblo, según pregona.
Qué humilde. Qué mesurada. Le faltó citar aquella discusión con el diputado morenista, Ricardo del Sol, por la iniciativa para evitar que las cajetillas de cigarros fueran exhibidos al público en los locales comerciales, acusándola de haber incurrido en copy-paste —plagio, a secas— de un proyecto de otros diputados que impulsó una ONG internacional.
“Qué pena que copies y pegues una iniciativa. De perdida quítale el autor”, escribió Del Sol en el WhatsApp del grupo parlamentario de Morena.
Pero Carmen Medel tiene caparazón de tortuga, a veces. Resiste todo, a veces. No la agarren en sus cinco minutos porque estalla. Le sale lo furibunda, el odio en la República del Amor, o sea el falso amor obradorista.
Recuérdese aquella gesta cuando no soportó la crítica del colega Jorge Luis Torres Marcos, quien advirtió sobre el regaño de su mentora —a la que traicionó, por cierto—, Rocío Nahle García, por el desaguisado de la huelga de empleados municipales y su costo político, que lo tendrá.
La alcaldesa tomó la AK47 verbal y le imputó a Torres Marcos la autoría intelectual del crimen de su hija. Ya luego no supo cómo parar la condena social por semejante difamación.
Carmen Medel no se cree menos. Siente tener el nivel de otros próceres de la Cuarta Putrefacción. Si Eusebia Cortés es diputada local, Cuitláhuac García es gobernador, Rocío Nahle es cuasi candidata al gobierno de Veracruz trayendo el fracaso de Dos Bocas encima y Eric Cisneros fue secretario de Gobierno generando la oleada de represión y terror, doña Carmen Medel siente que su expectativa en el Senado no es tan alta.
Si Calígula nombró cónsul a Incitatus, su caballo estrella, según cuenta la leyenda, no la historia, por qué Morena no podría llevar a la secta en pleno al Congreso de la Unión. Los animalitos buenos y los animalitos malos suelen convivir en el reino del mesías de Tepatitán.
Encandilada, la alcaldesa de Minatitlán se autopromueve porque no hay un solo ser ligeramente pensante y sensato en su círculo cercano que tenga el tino de centrarla, medirla, ubicarla y describirle su realidad.
Hay quienes no se ganan el pan con el sudor de su frente sino siguiéndole la corriente a la doctora soñadora, doña Carmen Medel…
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