Alfredo Quezada Hernández.
GOMEZ CAZARIN – NI DE BROMA.
“El Carón” pensó que se iba a llevar al baile a la gobernadora electa, al igual que como lo hizo con el hijo de Atanasio. Pero no, esa vez no midió consecuencias creyendo que Nahle García era primeriza en esto de hacer política y mírelo ahora pidiendo chichi en el altiplano.
Cuentan los que saben, que el famoso. Gómez Cazarín, al igual que el otro, el tal Eleazar Guerrero Pérez, llegó ante la ahora gobernadora electa, con sus exigencias, con su pedidera, bajo el argumento de tener controlado a la mayoría de alcaldes y de cacique regionales, los cuales trabajarían a favor del proyecto político de Nahle García. Lo que no tomaron en cuenta es que la senadora con licencia, ya había sido enterada de la situación de estos nefastos personajes, los mismos que solo presumían de lo que les debería de dar vergüenza, no traían mayor trabajo político, pero sí, en cambio, arrastraban un historial de corruptelas y de un enriquecimiento inexplicable. Ambos no representan nada ni a nadie.
Previsora como es, Norma Rocío los dejó hablar, los escucho, aplicó el protocolo, pero hasta allí.
Ahora, tanto Gómez Cazarin como el primo incómodo se van a sorprender a otros personajes, a contar sus historias bastante alejadas de la realidad.
“El Carón” está congelado, nada de seguir dañando a los veracruzanos. A perjudicar a otro lado.
Pero no tan solo “El Carón” camina preocupado, también el tan Eleazar Guerrero Pérez y el otro ese que ya agarro fuero, el tal Zenyazen, toda esta tercia transita con precaución saben que en Veracruz tienen una cuenta pendiente, están ciertos que existe, de cada uno, un expediente y que en cualquier momento lo pueden desempolvar.
Ya fueron carniceros, ahora les toca ser las reses.
Provecho.