Alfredo Quezada Hernández.
CLAUDIA TELLO SE LA COBRA A ELEAZAR.
Los sabios de la política, esos que han transitado por los drenajes de este arte, precisan que en política no hay casualidades, no hay coincidencias, sólo tiempos y formas.
Y es precisamente lo que le está pasando al primo incómodo del hijo de Atanasio, ese aun poderosísimo subsecretario de Finanzas y Administración el tal Eleazar Guerrero Pérez, se le acabó el tiempo y no entendió de formas.
El ex priista, por varios años, anduvo espantando a cuanto incauto se le paraba enfrente con el membrete ese que regentea, una mampara llamada “Unidos Todos”. El “crecimiento” tan vertiginoso de dicho panel, fue, por un lado, gracias a la intimidación, al hostigamiento laboral y al miedo de perder su empleo, ya que, al decir de la clase trabajadora, eran obligados a asistir a los eventos que organizaba el aun poderosísimo subsecretario los fines de semana, espacio que era ocupado por los trabajadores para el sano esparcimiento familiar. Y por el otro lado, se dice, fue gracias al tesoro público, a los jugosos moches.
Usted les cree, nosotros también.
Ahora, ya descubierta su pésima jugada, nadie le tiene confianza o al menos a la zacatecana no la pudo convencer a grado tal que prácticamente lo ha congelado, no lo quiere ver en sus eventos, mucho menos saber del membrete ese. Ya está más que visto su malestar hacia el ex priista. Aunque los malquerientes precisan que muy aparte de la tirria que le tiene la zacatecana, quien lo está zancadilleando, pero en serio, es la diputada federal Claudia Tello, gente de todas las confianzas de la oriunda de Río Grande.
Según versiones de sus cercanos es la representante popular federal, quien le está cobrando la factura al expriista ya que en sus tiempos de poderío el tal Guerrero Pérez se dedicó a bloquear toda petición de la diputada federal, el ex priista de tajo cortaba toda solicitud de Tello Espinosa. Ahora que los tiempos han cambiado y que la parlamentaria goza de poder y simpatía, no habrá de claudicar en su intento por bloquear toda aspiración del aún poderoso funcionario público.
Lo cierto es que Tello Espinosa es de las pocas personas que gozan de la total confianza de la zacatecana, la cercanía es real, de allí que tanto Eleazar como su parentela no tengan la más mínima posibilidad de accesar a alguno a los venideros cargos de elección popular aun cuando el poblano transite con la talega llena de billetes. Quizá lo que el ex priista olvida es que en el cuarto de guerra de la zacatecana lo que sobra es dinero, alguien le debe recordar al poblano que sus tiempos se han agotado y, reiteramos, que la forma es fondo.
El poblano está cierto que la urgencia de contar con fuero es apremiante, lo que no termina de aceptar, o entender, es que su imperio se desmorona que, en breve, al igual que su primo, se habrá de quedar solo.
En unos cuantos meses el poblano será un apestado, un tipo mal visto y si, de rebote, logra el tan ansiado fuero, no se dude que será relegado, será otro más del montón.
Por otro lado, la Tello habrá de caminar con gallardía, con altivez y preeminencia.
Provecho.